Este compromiso ha sido posible gracias al diálogo entre Azucarera y los colectivos para defender la continuidad del sector en la zona. La compañía mantiene su intención de contribuir a la mejora de la rentabilidad del agricultor en función de la superficie de siembra final y la evolución del precio del azúcar.
El cultivo de remolacha y la actividad industrial azucarera, tal y como destaca la compañía, son claves en la generación de empleo y riqueza en muchas zonas de España donde cuenta con actividad, contribuyendo a fijar población en el entorno rural.
Por este motivo, Azucarera expresa su disposición a seguir tendiendo la mano a agricultores e instituciones para colaborar unidos por un sector más competitivo y con futuro.
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